Comentario: Tapas en Chueca.
Una tasca contemporánea dentro de una tradicional y castiza, con una portada histórica de azulejos, que es una obra de arte. En el interior han mantenido la configuración original, que es muy racional: barra de mármol, zócalo clásico y adornos de la época. Tras un arco lateral, un comedorcito de mesas bajas para picotear sentado. A continuación un comedor grande que conserva la atmósfera de otro tiempo. Y dentro, clientes del barrio y habituales, comen un buen menú a buen precio. Qué curioso, otra taberna donde las mesas ¡tienen mantel! Muchos de los guay y fashion con mayor valor añadido, no se gastan en lavandería... y a veces ni siquiera mantel individual.
Decimos habituales, vecinos y conocidos, porque los actuales dueños como los clientes son de Malasaña. Julián Lara de El Cocinillas, Sergio Ochoa de Corazón y el chef Pepe Roch, se juntaron para rehabilitar esta bonita y castiza taberna. Fue inaugurada en 1920 con la marca Bodega Felipe Marín y Hnos. En 1960 vino su segunda época, Casa do Compañeiro, regentada por un matrimonio gallego ¡y un loro!
De modo que casi 100 años después, comienza su tercera época con “todos” sus valores decorativos indemnes y algunas de sus últimas tapas. Por cierto, de la última época, conservan el “yayo”, un vermú con ginebra, seltz, aceituna y twist de naranja… un nombre divertido y tan de moda últimamente.
Especialidades: Para picotear, entre por derecho a los que denominan en la carta clásicos de taberna, allí encontrará mejor disfrute. El pincho de tortilla está bastante bien. Posiblemente estaría mejor si las patatonas estuviesen más finas cortadas o un poco más rotas.
Correctos los boquerones en vinagre con encurtidos. Crujientes, cremosas y ricas las croquetas rellenísimas de jamón ibérico y trufa. Ricas braviolis: bravas correctas de fritura, con salsa de pimentón, aceite y alioli. Agradables huevos rotos con langostinos (al ajillo). Ensaladilla rusa con bonito y langostinos. Salmorejo cordobés con queso de cabra. Alcachofas confitadas, quizás demasiado blandas y con sabor a plancha. Correcto steak tartar y cochinillo a baja temperatura rico.
Buen arroz con leche y la torrija a base de este arroz; tarta de queso. Raciones generosas y bastante buen punto en los platos. Correcta selección de vinos, con etiquetas interesantes, pero que una de las visitas no tenían en la bodega 4 de los solicitados. Servicio amable, cercano y eficaz.
Tapas Chueca.
Comentario: Las mejores tapas de Chueca.
Fundada en 1892, continua con su aspecto de bodega tradicional de despacho y venta de vinos.
Es la séptima taberna más antigua de Madrid y fue una de las primeras en importar cervezas y ofrecer las famosas Guiness, grifo incluido.
Ostenta un récord en sus paredes: el número de litros bebidos por hora. Pida consejo, tienen: Bass, Bombardier, Guinness, Warsteiner, Budweiser.
Un lugar al que acuden regularmente muchos madrileños a reencontrarse con sus pintas... nada de mariconadas... de cañitas que te bebes de un trago. Aquí se viene a beber pintas bien tiradas, dejadas reposar unos minutos hasta completar el vaso o la copa.
Especialidades: Una de las mejores tortillas de patata Madrid. Excelente salmorejo, buenos calamares rebozados; croquetas de carabinero, bacalao, cecina, cabrales. Tapa de cecina con pimiento de piquillo. Además, mojama y chacinas de cerdo ibérico.
Uno de esos locales que se vuelve, porque su encanto y autenticidad y el nivel de calidad de sus tapas y raciones es alto.
Las mejores tapas de Chueca.
Comentario: Nuevas tabernas Madrid.
El local, por tipo, tamaño, estilo y decoración es el de un bareto tradicional. El nombre y las lágrimas sin cesar, le acercan a una taberna contemporánea, joven y vacilona. Su barra-cocina-mesa y la pizarra, con sus platos escritos tipo morse, indica otra manera de ser moderno y contarlo de acuerdo con la tendencia de los que “están en la pomada”. Delante de la barra también mesas bajas.
Se trata de un primer proyecto de “independencia profesional” de gente joven, sin medios económicos detrás… pero lo importante es el talento. A los aficionados a las cosas del comer nos gusta descubrirlo... también la pasión que transmiten en sus platos. La informalidad es el dominante en todos los sentidos. Se puede comer por medias raciones, es más divertido para la mayoría. ¡Y no tienen una carta clónica!
Especialidades: Los cocineros se conocieron Dstage, Carmen se fue a Bibo de jefa de cocina y José a Smoke Room. Jesús siempre era de la partida desde que lo decidieron. Se les nota que han hecho “la mili” en buenas cocinas, que buscan una personalidad, un camino profesional. Tienen desenvoltura para mezclar ingredientes distantes en platos rupturistas, sus recetas tienen ese germen de búsqueda de lo diferente. A veces aciertan y otras les falta pulir y dar esplendor y solvencia, pero el resultado es correcto en líneas generales.
Melosa yema curada de aperitivo, que con mantequilla y un pan bien hecho centran el aperitivo. Rica y buena ostra con escabeche de pollo, zanahoria y chispa de jalapeño; rica aunque tal vez el escabeche “tapaba” algo el sabor del bivalvo. Excelente ensalada de canónigos con cherries, papadam (pan indio finito y crujiente), miso y emulsión noisette... todo ello es un excelente aderezo. Estofado de lengua de vaca con escabeche de mejillones, tirabeques y ajo; la lengua deshilachada pierde su rica y personal textura y "estropajea". Bonito, espárragos y sardinas, interesante unión. Coliflor con bacón y puntillitas con curry, atractivo conjunto de sabores. Kataifi queso y maple, sin interés. Bodega corta pero bien seleccionada.
Nuevas tabernas Madrid.