Comentario: Cenar en domingos Madrid.
Una de las grandes casas de comidas contemporáneas. Local con algún detalle simpático en lo decorativo, pero todo sencillo y sin ninguna concesiones a floritura. Dicho de otro modo, el aspecto exterior de bar "de toda la vida", no deja adivinar la excelente oferta gastronómica que hay en su interior.
La familia Fernández Bombín lo bordan: Julia, la madre, a los pucheros, e hijos, Alberto y Belarmino a la sala, bodega y barra. Se trata básicamente de cocina asturiana junto a otros platos contemporáneos. Comedor un poco "apretado" con 6 mesas, pero la amabilidad y profesionalidad del servicio, hacen que esto no sea trascendente. Quizás también por eso, algunos prefieren las 4 mesas frente a la barra. También son distribuidores y productores de vinos: la posibilidad de beber bien es un hecho cierto.
Especialidades: Julia Bombín es la maravillosa cocinera responsable de que la gente vuelva a esta casa a comer una y otra vez: fabada, pote asturiano y verdinas, que no falten, son 3 piedras angulares de la casa. También hay otras derivaciones de fabes, como las que llevan foie y boletus. Croquetas al cabrales con plátano, también al cabrales hay buenas patatas. Magníficos guisotes de allí y de aquí: morcillo estofado y carrilleras, los destacados; también buenas albóndigas con salsa de boletus. Sardinas marinadas con salmorejo y el carpaccio de rape con oricios, excelentes ambos. También merluza Belarmino, muy rica y tradicional. Anchoas con pimientos, morcilla de Matachana con habitas, pixin (rape) a la sidra y solomillo con salsa de cabrales... todos muy buenos. En los menús cotidianos ofrecen otros platos de cuchara con patatas guisadas, lentejas, etc.
Y de postre, el muy rico flan de queso o mousse de chocolate. Pero si tiene hambre, no dude, quesinos asturianines (tienen unos cuántos). Bodega excepcional con más de 300 etiquetas seleccionadas de lujo; y una barra muy notable, claro, como puede adivinar por todos estos comentarios anteriores.
Cenar en domingos Madrid.
Comentario: Cenar en domingos Madrid.
La falta de personalidad y un concepto fuerte, hizo que el Asador Madrileño viviese sin pena ni gloria y el Grupo La Máquina lo sustituyese con gran acierto, por un chigre asturiano contemporáneo.
Una cocina tradicional del Principado y una propuesta económica acorde con los tiempos, han llenado el local.
En la barra sidra con escanciador mecánico, cañas, vinos por copas y un buen número de pinchos y raciones atractivas y conocidas "de la casa".
Decoración informal, popular, neorústica, con mucha madera, mesas contundentes y sin manteles y bullicio de gente divertida con lo que hace.
Especialidades: Entrada siempre muy animada por los fumadores y las mesas de entrada junto a la barra. Ricos y variados pinchos que se anuncian en grandes pizarras: espléndida tapa de ensaladilla ilustrada con anchoa, destacados canapés de jamón y pan de cristal, ricas gildas, pinchos de tortilla de patata, deliciosas "bombas" de huevo y bacon.
Raciones: jugosa tortilla de patata, buenos y melosos callos, solvente pulpo a feira, magníficos fritos de pixin (rape), convincentes huevos fritos con patatas, espléndidos mejillones al vapor.
Y en la mesa, guisotes asturianos de primeros platos en un menú diario muy sugerente: verdinas con bogavante, fabes con centollu, potaje asturiano, lentejas con compango, morros de ternera, pierna de cordero, fabada.
También otros platos clásicos y sencillos, bien elaborados, como la merluza a la sidra o albóndigas en salsa. De postre, arroz con leche, carbayones o tocino de cielo de Grado.
Cenar en domingos Madrid.
Comentario: Restaurantes donde cenar en domingo Madrid.
Uno de los nombres más legendarios de la historia de la gastronomía madrileña y de la ciudad, ya que desde 1854 que se inauguró, esta taberna no ha parado de hacer historia. Literatos, artistas, músicos, políticos… todos pasaron por ella.
Pero también gente normal, porque esta era una taberna popular e interclasista. Aprendices de ejecutivos, compartían mesa con oficinistas y sencillos obreros que bajaban del andamio vecino. También hippies y jóvenes que en los 70´s corrían delante de los grises, cuando recibían la paga, se repartían los homenajes entre El Socialista y La Carmencita.
Deseaban su comida honesta, sencilla y elaborada buen punto. Afortunadamente, un empresario santanderino Carlos Zamora, ha logrado un proyecto ilusionante con buenos fundamentos. Muy buena restauración tras los estropicios anteriores, buenos productos ecológicos de cualificados proveedores madrileños y recuperación de 75 recetas históricas, como las albóndigas de 1854.
Y ni que decir tiene que la joya de su barra, allí está, protegida por el ayuntamiento. También están los duros bancos corridos. Desde el desayuno, a la merienda, pasando por la última cena de la noche e incluso los cócteles y el brunch. Una taberna para todos los momentos de consumo del día, la noche y la semana.
Especialidades: Carta muy larga. Buena y dulcita tortilla de patata y cebolla de aperitivo o desayuno, como las anchoas de Santoña. Fantásticos los huevos con chorizo, morcilla de arroz, paletilla de jamón y patatas, así como las albóndigas de verdel con salsa verde y arroz; o las ecológicas de ternera con patatas (3 fijos en el pedido).
Ricas y crujientes rabas de calamares como solo los santanderinos saben hacer. Pescados frescos fritos en tacos, de merluza o rape. Buen filete ruso en sabrosa salsa. Inspirada pepitoria de pollo y recomendable guiso en cazuela de cabrito de los Picos de Europa.
De postre, tarta Tatin o de queso, no se las pierda. Una cuarentena de vinos biodinámicos y de pequeños proveedores bien seleccionados y en precio.
Restaurantes donde cenar en domingo Madrid.
Comentario: Dónde cenar en domingo Madrid.
El Corte Inglés sigue consolidando sus foods hall, otros lo hicieron internacionalmente antes con buenos resultados, Harrods el más significativo. Hoy en el remodelado edificio de Serrano han repetido la oferta anterior, junto con la nueva antojería mexicana de Roberto Ruiz, Can Chan Chan, (antes Cascabel).
Un concepto de negocio muy consolidado: informalidad sin reglas establecidas, rupturismo, cocineros disfrazados de locos y presentando los platos a los clientes… ajetreo, voces de comandas, humo, enormes llamas en parrilla y wok… ritmo, órdenes voceadas, música alta... y todo ello en una gran barra rectangular y colorista, con la cocina en su interior y taburetes altos cómodos para comer.
Terraza con mesa y otra barra de coctelería a la entrada, para tomar un trago mientras esperas a que te sienten. Si su vida es incompatible con la música a todo volumen, evítese la experiencia. No es para ir con niños pequeños.
Especialidades: Street Good. De callejero podría tener el ambiente creado en la cocina, que es su eje central. Muñoz ata productos, aromas y sabores de manera personal y única. Muy pocos cocineros son capaces de manejar su paleta de sabores y aromas en un mismo plato. Siempre despierta los sentidos, provoca diversión con sus juegos de sabores, texturas y temperaturas. Siempre innovación, nuevas creaciones o exploraciones y multiplicidad de aromas y sabores, por fusión, ruptura, despensa o tratamiento global de producto local. Siempre divertido. Mantiene algunos clásicos como el rico dumpling pekinés con la sobresaliente oreja confitada y hoisin de fresas; el suculento ssam de panceta ibérica; el agradable sándwich club al vapor. Aunque hemos perdido el sensacional chili crab, dicho sea de paso. Lasaña koreana de vaca con tomates escabechados y shiitakes. Las croquetas de la Pedroche, muy finas y poco sabor para no tapar "el sombrero" de atún. El curry japonés de carrillera de vaca melosa con arroz crujiente; las vieiras asadas con gazpacho de jalapeños, ambos dos buenos platos. Y de postre el brioche Pedroche con mantequilla y crema de vainilla… crujiente, esponjoso y rico, de impecable ejecución. Está más cerca de un desayuno que de un postre. Una experiencia diferente y atractiva.
Dónde cenar en domingo Madrid.
Comentario: Restaurantes que abren en domingo Madrid.
Es el único restaurante vietnamita que existe en la capital de España. Otros dicen en comunicaciones y menús que tienen cocina vietnamita, aunque se limitan a elaborar alguna de sus especialidades y en algunos casos, no excesivamente auténticas.
La noticia del verano 2013, era que el conocido cocinero vietnamita de Sudestada, Hau Bui Duc (Chef Tien), tanto de Buenos Aires como de Madrid, montaba su propio restaurante junto con un joven compatriota. El resultado es un restaurante, que nace con las singularidades de los nuevos proyectos personales, surgidos de modestos medios económicos. Sala sencilla y escueta desprovista de mobiliario destacado e incluso de adornos, algo ruidoso cuando el comedor está completo, pero muy honesto y con calidad.
En cuanto a cocina, la autenticidad y el sabor marcan la diferencia. Los precios, acordes con la calidad del plato, no de la sala. No es un asiático baratón, porque en la cocina hay un buen cocinero que da productos de calidad. El servicio es cálido y agradable. El éxito obtenido con su primer restaurante de Huertas, ha llevado al Chef Tien a montar un segundo local en Chueca (Vietnam 24). Han añadido alguna especialidad más, aunque básicamente es la misma carta.