Comentario: Tapas Barrio de Las Letras. Parece que los socios de este Grupo saben lo que se hacen. Cuando Triciclo irrumpió en el mercado, se convirtió en un referente. Y desde entonces, han sabido concretar personalidades diferenciadoras a cada uno de los restaurantes y tabernas que han montado (5 con éste). En todos hay argumentos con capacidad de transmitir un modelo, una cocina y una personalidad. Incluso para clientes diferentes en algún caso. Lo primero que se percibe en la larga carta de este local, es rupturismo. ¡No es clónica! No transita por los manidos caminos habituales, por los mismos platos, lo cual ya es toda una declaración. La otra, que la carta se estructura de forma diferente y hay varios platos de la carta para comer “a mano”. En lo decorativo permanece también en el mismo concepto de todos los locales: informalidad. Es decir: urbanita, sencillo, desprovisto de accesorios, informal, mesas altas y bajas, barra con taburetes de hierro y diseño neoindustrial vintage. Las sillas de hierro de las mesas bajas son incómodas. Detrás de todo esto están Javier Goya y Fran Ramírez. Este último, ha abandonado uno de los importantes restaurantes de Madrid, para participar en este proyecto. Cocina ininterrumpida y medias raciones en una carta que se presta al disfrute de la variedad de platos. Muy buena carta de vinos de Fran Ramírez, con una selección muy completa y llena de interés, con más de un centenar de etiquetas. La selección de vinos por copas es excelente. Calidez, informalidad, deseo de agradar. Llevan pocas semana abiertos, por lo que tienen detalles por pulir en ritmo de la cocina, la entrega de platos se resiente.

Especialidades: Cocina abierta, creativa, rupturista, global, urbanita, pero también tradicional con ejecuciones contemporáneas, que se hacen deseables en la primera lectura. Nos gustó la cremosidad vegetal de la croqueta de espinacas, tomate seco y queso. También la de los huevos rotos con jamón ibérico: una patata asada con piel y vaciada, con huevo y jamón. La racial melosidad del mollete de pringá, papada ibérica y salmorejo, pide una toma diaria. Y la suculencia del tortode portobello, cebolla, huevo y papada, una cada 8 horas. Arriesgadas endivias a la brasa con crema de la peral, sardina ahumada y hierbas anisadas. Ricas y llenas de contrastes, no gustará a todos. Berenjena asada, con yogur, granada y pan libanés, la presentan y finalizan en la mesa; es una buena unión de ingredientes que funciona bien en el paladar. La entraña de vaca a la brasa, correcta y perfecta de punto de asado. Los postres no están a la altura del resto, excepto el arroz con leche. Fino el mousse de chocolate, pero todavía “no se lleva bien” con el acompañamiento. Y el yogur griego con frutas y verduras es poco interesante. Tapas Barrio de Las Letras.