Para no equivocarse en Madrid

Uno de los primeros cronistas gastronómicos.

EDITORIALES -TENDENCIAS-, LA BOCA MAGAZINE, TAPAS DE LETRAS











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UNO DE LOS PRIMEROS CRONISTAS GASTRONÓMICOS. Aquí comenzó su libro uno de los primeros cronistas gastronómicos. Aquel que describía cómo era una olla de aquellos tiempos…”una olla de algo más de vaca que carnero…” El que contaba qué cenaba Alonso Quijano “…salpicón las más noches”. El que relataba por boca de Sancho, cómo eran las ventas y qué se comía: “No es menester tanto-respondió Sancho-, que con un par de pollos que nos asen tendremos lo suficiente, porque mi señor es delicado y come poco, y yo no soy tragón en demasía”. O el que describía qué pescado se cenaba en Cuaresma. “A dicha acertó a ser viernes aquel día, y no había en toda la venta sino unas raciones de pescado que en Castilla llaman abadejo, y en Andalucía bacalao, y en otras partes curadillo, y en otros truchuela. Preguntándole si por ventura comería su merced truchuela, que no había otro pescado que dalle de comer”. Esta cueva pertenece a la Casa de Medrano, que la tradición identifica como la prisión de Cervantes donde comenzó El Quijote. Probablemente este es el “lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme”. Aquí estuvo preso Cervantes, en Argamasilla de Alba. Y que el propio Cervantes parece que referencia en su prólogo: …”Qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido tiene hace su habitación. Alfredo Franco Jubete.

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