Para no equivocarse en Madrid

Fettuccine libido, de Freud.

EDITORIALES -TENDENCIAS-, LA BOCA MAGAZINE, TAPAS DE LETRAS











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  Pues resulta que Sigmund Freud era cocinillas y dejó un gran testimonio manuscrito de sus recetas de cocina. Recetas con anécdotas propias, de sus clientes, discípulos o seguidores, pasadas por el tamiz profesional de su famoso psicoanálisis, e interpretadas y comentadas con su visión personal del problema. En una librería de viejo me he encontrado con una perla maravillosa, “La cocina del inconsciente”, del famoso doctor. Títulos como Pastel paranoico, Totem y tapioca, Pastel edípico, Escones erógenos, Emparedados sublimación… o la referida en el título son solo algunos de ellos. El listado es grande y no tiene desperdicio. Las opiniones del sabio son transgresoras, divertidas, políticamente incorrectas, locas, otras incluso desquiciadas, sorprendentes o inclasificables, como creo que es el caso de estos fettuccine. Y dice Carbonara Don Lisander los5mejores así: “La libido… es fundamentalmente masculina… Por lo tanto, la sexualidad en los hombres es bastante simple, tal vez, demasiado. Es más compleja, tal vez demasiado, en las mujeres, lo que explica la mayor predisposición de éstas a la histeria… pero debo decir que cuando se trata de fettuccine, en especial de esta receta, las mujeres no deberían tratar de prepararlos. Y los hombres tampoco”. “Desde que Fliess me convenció de la bisexualidad fundamental de los seres humanos, creo que el cocinero ideal para los “fettuccine libido” es un  homosexual. Solo los homosexuales parecen tener la combinación adecuada de la simple libido masculina con la compleja libido femenina. He comprobado esta teoría una y otra vez en los mejores restaurantes del mundo, donde los homosexuales parecen ser los cocineros o los camareros o ambos”. “Si me hubiese dado cuenta de esto cuando escribía mi ahora famosa carta una desesperada madre de un homosexual de Estados Unidos, le habría dicho a esa mujer que dejara de quejarse y que se sintiera agradecida de que su hijo pudiera preparar los “fettuccine libido”. Los homosexuales parecen tener una predilección por este plato. Los preparan tanto, que raya en el fettuccismo. Sin embargo, a mí no me molesta. Yo tampoco me canso de comerlos”. ¿Escribiría todo esto en serio? ¿Lo haría después de comerse los fettuccine con un par botellas de vino? En fin, esta era su opinión, ponga usted los adjetivos que a mí “me da palo” meterme con don Sigmund. Y por si alguien quiere la receta, dice así: “Hierva los fettuccine hasta que estén al dente. Derrita un pan de mantequilla en una cazuela y agréguele ¼ de taza de harina y otro ¼ de taza de queso parmesano rallado. Lentamente agregue 1 taza de nata caliente y continúe mezclando. En otra cazuela rehogue ½ taza de guisantes cocidos con unos cuantos daditos de prosciutto. Agréguelo a la salsa y añada finalmente los fettuccine. Saque a la mesa con algún toque decorativo, si encuentra alguno”.   Alfredo Franco Jubete. FOTO: Carbonara Don Lisander.

LA BOCA MARKETING & COMUNICACIÓN, S.L. | EDITOR: Alfredo Franco Jubete

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