Para no equivocarse en Madrid

Alifara, el atracón con amigotes de hoy.

EDITORIALES -TENDENCIAS-, LA BOCA MAGAZINE, TAPAS DE LETRAS











Llamar:

Alifara, el atracón con amigotes de hoy. [caption id="attachment_54749" align="aligncenter" width="250"]Marisco Gallego. Los 5 mejores Marisco Gallego.[/caption]   Ayer nos dimos una alifara bruuutaaal. ¡Uuuffff! Un auténtico atracón como si se fuese a acabar el mundo o la comida, que para el caso era lo mismo. Éramos siete y salimos a botella y media de vino por cabeza. Casi no lo contamos, pordioooossss pordiooooossss. Así he oído a algunos de nuestros mayores que contaban lo que era una alifara. Siiiisiii…así lo contaban asíasí… así lo contaban asíasí…así lo contaban asíasí… así lo contaban que yo lo oí. Pero la RAE no refleja esta evolución o alternativa en el diccionario. La Academia dice que alifara es un: convite o merienda, en especial como robra de una venta o convenio. La verdad es que hoy ni la oyes ni la ves escrita. Antes a veces la oías, pero había perdido la parte de agasajo para quedar solo en celebración o comilona de amigos. No obstante, en materia gastronómica, cada vez que profundizo en algún término relacionado con la cultura gastronómica, no veo demasiadas precisiones por parte de la RAE (y si no lea escabeche y tortilla, que ya les he escrito por las deficientes definiciones). La realidad es que desde el Neolítico se llevan los atracones con amigotes. Los hombres celebraban banquetes y festines iniciáticos con espíritu de grupo o clan. Y de aquellos polvos, que fueron muchos por la friolera de siglos que han pasado, hasta los lodos actuales. Tradiciones que han perdurado por los siglos de los siglos en todos los pueblos del mundo, porque al final, una gran parte de las costumbres culturales e iniciáticas de los pueblos, consisten en sentarse alrededor de un fuego o una mesa y compartir comida y conversación. Los griegos ya tenían el symposium, una reunión de hombres “solos” donde bebían, comían, charlaban de las noticias y veían espectáculos acrobáticos… hasta fornicando. Eeellooooss, que no sé si me explico bien, los acróbatas solo tiraban las bolas al aire. Y qué son las sociedades gastronómicas vascas más que hombres alrededor del fuego conviviendo, compartiendo comida, bebida, conversación y cánticos regionales. A las amonas vascas un día les debieron decir algo así como: oye… ya nos dejareis pues una o dos etxecoandres… que no sabemos cocinar, pues. Os jodéis y aprendéis. Solo tíos, y las acrobacias gastronómicas… las cabriolas y contorsiones desde el armario de casa. Y luego fueron ellos y dijeron eso tan famoso y reconocido universalmente: pues ahora os jodéis y no entráis en el txoko ni a tomar un txikito. Y así cuentan la historia todos contentos, y las amonas haciéndose pis de risas. También la palabra alboroque es parecida y puede que esté más en desuso que la anterior. Media España no sabe ni qué significa. Todo lo más, algunos madrileños la recuerden como nombre de un restaurante de cocinero reconocido. [caption id="attachment_50541" align="alignright" width="250"]Vaca de 10 años. El Capricho. Los 5 Mejores. Vaca de 10 años. El Capricho.[/caption] El diccionario dice que alboroque es:

  1. m. Agasajo que hacen el comprador, el vendedor, o ambos, a quienes intervienen en una venta.
  2. m. Regalo o convite que se hace para recompensar un servicio o por cualquier motivo de alegría.
Pero también es un banquete funerario tradicional (y tampoco lo dice el diccionario), propio de velatorios y defunciones en los que familiares y deudos recibían a otros familiares y amigos que venían de lejos al entierro del finado. La comida era importante hasta en los duelos, donde el carácter social y convival era clave. La familia agradecía el largo y pesado desplazamiento y obsequiaba su esfuerzo con un banquete, que a veces era casi tan importante como una boda. Al fin y al cabo no hace más de 50 o 60 años, los españoles tardaban más de 24 horas en hacer un desplazamiento largo y hacían una o dos noches para asistir a estos sucesos. También un alboroque es una alifara o lifara, palabras ambas que curiosamente proceden del árabe. Alifara. (Del ár. hisp. aliḥála, y este del ár. clás. iḥālah 'cesión de crédito'). Alboroque. (Quizá del ár. hisp. *alborók, y este del ár. clás. ‘arbūn). La última cena fue la primera alifara famosa, es decir, de entrada tiene todo el aspecto de un atracón con amigotes. Una reunión, una celebración festiva con cordero para compartir, amigos, convivialidad y… Judas el primer aguafiestas. Personaje vetado en las sociedades gastronómicas y atracones con amigotes, donde no caben más que sonrisas infantiles de comensales ante los grandes platos. En España no bebemos por beber ni comemos por comer. El papel socializador de compartir comida y bebida es esencial en nuestra cultura. Algunos extranjeros, por tanto, tampoco entienden lo prolongado de nuestras tertulias relajantes y divertidas. No han descubierto que la sobremesa es una siesta despierta. Tiene los mismos fines terapéuticos que la siesta, pero es más divertida. Una dialogante relajación en la que se toca el cielo olvidando las miserias terrenales  y las mezquindades que la vida ofrece a diario a cada cual. Compartir la digestión con la copita al lado es para reír, soñar, charlar, felicitar, besar, recordar, emocionar, novelar, confesar, cantar, beber, conocer, narrar, apostar, mentir, divertir, inmortalizar, convivir, amar… ser feliz.   Alfredo Franco Jubete.

LA BOCA MARKETING & COMUNICACIÓN, S.L. | EDITOR: Alfredo Franco Jubete

DISEÑO: Ángel Luis Sánchez • angeluisanchez1@gmail.com / Desarrollo: Datacom Soluciones Internet

INICIO ↑