Para no equivocarse en Madrid

El garbanzo causa de la alegría de los españoles.

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  ¡Pordiospordios! Por fin lo entiendo todo. Los garbanzos son los responsables de la alegría que tenemos en el cuerpo los españoles. ¡Y nosotros sin saberlo! Sin valorarlo científica y adecuadamente, sin escribir panegíricos laudatorios de sobre la legumbre nacional. Y no hay mejor prueba del 9 que esta: Los ingleses dándoselos a los loros, ellos inexpresivos y los loros como cotorras repitiendo chistecillos y alegría garbancera desde su palo. ¿Y los españoles…? Los españoles, la alegría de la huerta europea y ¡olé! Derroche de simpatía, buen humor, jovialidad y algarabía. Antes nos decíamos... cómo no vamos a ser alegres con esta luz y este sol de cada día. Pues no señor, nuestra alegría viene del garbanzo, que lo tenemos cocido a fuego lento en el ADN de barro y trébede. En fin, que ahora me encaja todo, aunque nunca me imaginé que el desenlace fuera la gran legumbre nacional. [caption id="attachment_57153" align="alignright" width="167"]Garbanzos pedrosillanos. Los 5 Mejores. Garbanzos pedrosillanos.[/caption] Resulta que unos investigadores israelíes, que se forran a hummus dicho sea de paso, han descubierto que los garbanzos contienen un aminoácido denominado triptofen. Y que comidos en cierta cantidad producen serotonina.  ¡La hormona de la felicidad! Y que por tanto, su ingesta produce sensación de felicidad, bienestar y calma. Xactamente. Cocido y vino siempre fue ¡la felicidad!, pero ahora se entiende mejor. Nada como la dieta mediterránea con garbanzo. ¡Mister... tómese un cocido que verá usted cómo le entra la alegría del loro en el cuerpo! Verá lo que es bueno si cambia su sándwich de pepino y berros con pan moreno (el preferido por la reina, por lo visto) por un cocidito madrileño, castellano, gallego, catalán o de donde quiera. Ahora se entiende la alegría histórica de nuestro pueblo jacarandoso. Por cierto, (casi) todos los españoles tenemos de común el garbanzo, no el cocido, que el vasco es de alubias, pero sí el garbanzo. Hasta bien entrada la mitad del siglo pasado, el cocido era el plato cotidiano de más de media España. Bueno, de la España que comía claro, que yo he visto comer cocido con titos, muelas, titarros o almortas (Latirus sativus). Dos felicidades en un mismo momento, la de comer y la de ponerse hasta los ojos de garbanzos. Pero si hasta había un señor que se llamaba Pepe Blanco que alacre y entusiasmado cantaba aquello de… “cooociditooo madrileeñooo”. Debía ser por eso, por el chute de serotonina que le entraba con el garbanzo. Y claro, “as high as a kite” que dicen para otras sustancias. Es decir, a volar... "tan alto como una cometa". Pero ojo que aquí no acaba todo, que  tienen otras virtudes impresionantes que tampoco entiendo que no hayan sido valoradas y cantadas como manda la tendencia. Las revistas femeninas deberían haber titulado y subtitulado yaya: "¿Tienes problemas de ovulación? El garbanzo la legumbre para esos días decisivos en tu vida". Pero pordiospordios, si por lo visto los garbanzos también ayudan a ovular mejor. Y algunas mujeres gastándose una pasta para que les metan óvulos en sus cuerpos y lo que de verdad tenían que meterse es el carpetovetónico garbanzo. ¡Perhombreperhombre! Ahora también entiendo mucho mejor, la cantidad de familias numerosas que había hace unas décadas, y a las que Franco daba premios anuales de natalidad con 15, 16 y 18 hijos. ¡El garbanzo! Como no había tele… entre el cocido y el brasero de la mesa camilla, salían encendidos como teas. En fin, que el garbanzo hacía lo demás. Pues ¡hala!... a dejar el tratamiento de fertilidad... garbanzos... y vuelta y vuelta, ya que hablamos de cocina. Ah, que no se me olvide. Importante, también los investigadores comentan que el garbanzo ayuda a dormir mejor. Vamosvamos, una gloria nacional muy poco ponderada. En fin, que nos vemos con un cocido en el cuerpo, para que el garbanzo nos arregle el espíritu. Y espero que la tendencia se ocupe de esto comodiosmanda.   Alfredo Franco Jubete.

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