Para no equivocarse en Madrid

Hoy, ginebra exclusiva, whisky «popular». ¿Por qué?

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La imagen de exclusividad en un espirituoso de calidad, es determinante para su consumo. Cuando éste deviene en masivo y se convierte en líder absoluto y rotundo del mercado, la imagen se populariza, se vulgariza y sufre la pérdida de su unicidad. Cuando el consumidor más elevado racionaliza la situación, comienza la búsqueda de un trago alternativo. A parte del posible cansancio por repetición continuada, ya no le satisface sus necesidades de imagen, no le transfiere valores positivos a su personalidad y estilo de vida (distinción, “aspiracionalidad”, originalidad, estilo propio, credibilidad, autenticidad…). España es uno de los primeros compradores de whisky del mundo, aunque en la actualidad su consumo ha bajado mucho. Hasta hace uno o dos años, era bebido masivamente por todo tipo de personas, sin diferenciación de edad, sexo, clase, ingresos, hábitat o ambiente. La misma marca era consumida por una persona hospedada en El Ritz, que en un botellón por un chaval sin empleo ni recursos. Esto en el mundo de consumo de productos de imagen, no casa, no lo acepta el consumidor. Lo mismo sucede con el tabaco, la gente “esconde” en su bolso o saca encima de la mesa su cajetilla de tabaco en función de que sea o no proyectiva para su personalidad. Al señor importante, no le gusta fumar lo mismo que su chófer. De modo que, este no es un hecho aislado, la tozuda historia se repite. En los 70´s se bebía “medio” de ginebra (la botella de cola daba para dos medios cubatas), pocos gin-tonic y muy muy poco whisky, que lo tomaban personas muy iniciadas y de “clases altas”. Bueno… en las áreas rurales algunos también bebían “medios” de licor 43 y de pipermint, enfundados en jerséis naranjas de cuello cisne, gafas de sol tipo RayBan en la punta de la nariz y una “pava de chester” apuntando al corazón. Por idénticas razones que las del whisky hoy, el “medio” de ginebra fue sustituido por el “cubata” de ron etiqueta blanca, que triunfó muchos años. El exclusivo whisky, siguió creciendo lentamente como trago de gentes un peldaño más arriba, era caro y menos accesible. Pero los consumidores de entonces, ahítos y cansados de ron blanco. Hartos de comprobar que era el combinado masivo, devorado y vulgarizado su consumo por todo bicho perro, fueron cambiándolo unos pocos por ron envejecido y principalmente por el deseado e “inaccesible” whisky, al que, ¡por fin! podían acceder. Además, el gran volumen de mercado creado y la fuerte competencia bajaron los precios. Y así hoy, unos 35 / 40 años después, vuelve la ginebra. Hoy ya no es la bebida blanca de las duras borracheras de los 60´s y 70´s. La de los alcohólicos inmisericordes que la bebían “a pasabola” en copa y “sin posar”. Ya no es la tajada más barata, la botella que algunas mujeres llevaban escondidas en sus grandes bolsos. Antiguamente también tuvo este atributo en Inglaterra y sobre todo en Londres. Cuando el Reino Unido elevó los impuestos a las bebidas de importación de alta graduación, especialmente al cognac por las malas relaciones con los franceses, copiaron la “genever” holandesa y destilaron las London dry gin. Y se convirtió en el trago de pasto de mediados del XVIII. Pero dio demasiados dolores de cabeza: a los consumidores por malas destilaciones y a los políticos, porque no sabían cómo controlar su disparatado consumo. Incluso se legisló una tasa (“Fifty pounds”) que acabó siendo un trago. 50 libras de impuesto para reducir la venta horribles destilaciones de pequeños destiladores. El efecto fue el contrario. No obstante, la ginebra no solo es inglesa u holandesa, también se produce en  Alemania, Australia, Austria, Escocia, Estados Unidos, España, Francia y Gales. En fin, el paso del tiempo y la cultura de consumo, han ido revelando que es toda una señora. Pero necesita compañía, sola no es nadie. Solicita asociarse para dar lo mejor de sí misma: unas gotas de Martini dry, de limón, un twist de piel de cítricos, vermú, una bebida gaseosa, zumos de frutas, una coctelera coral. Hoy la moda del gin tonic, nos trae cada día una nueva etiqueta con algún valor diferencial, real o emocional (los más). Al sabor seco y tradicional del enebro, le han incorporado nuevos ingredientes: Hoy, más de 100 botánicos componen las distintas ginebras, imposible referenciarlos todos. Cítricos (piel de naranja, lima o limón, grosella del Cabo, frutos de baobab); florales (violeta, flor de iris, lirio, angélica, flor de viña -racimos en floración-); especias (pimienta de Jamaica, clavo, bayas de enebro, casia, canela, coriandro, cardamomo, regaliz, granos del paraíso, nuez moscada); frutos secos (almendra). E incluso crianza en barricas de cognac y madera tostada. La cata de estas vanguardistas destilaciones es más floral, la presencia del enebro más suave, la piel de cítricos y especias, más evidente y la delicadeza, refinamiento y sutileza, mucho mayores. Todas estas nuevas ginebras han sido creadas obviamente, para ocupar el nicho “premium price” del segmento, antes casi inexistente. Y lo hacen con tal ardor que produce incluso risa ver la desbocada carrera de presentaciones y ¡precios! Son las reglas del mercado, cuanto más frenética y desbocada es la moda, mayor valor añadido. Las marcas y la moda empujan a algunos barmen a buscar ingredientes creativos para conseguir un GT sorprendente. Los he tomado con bayas de enebro, de diferentes pimientas, caramelo de violeta, pétalos de rosa, piel de naranja o de limón, fruto de physalis, zarzamora, canela, menta… de cien cosas más que ni me acuerdo, y pepino. De los mejores que he tomado, con manzana verde, jengibre y piel de cítricos, su creador me confesaba: “los vendemos por cubos”. De ninguna manera con pepino, una noche se me cruzaron dos rodajas en la cama y no pude conducir mi sueño. Pero bueno… es mi estómago que está reñido con la cucurbitácea. Dicen que la próxima revolución será la del vodka. Algunas marcas ya tratan de estar en la línea de salida para cuando la historia se repita. Veremos si cuaja un alcohol con tan pocos valores gastronómicos, seguro que sí, lo ha conseguido en otros países. De momento, hoy el whisky, salvo los destilados exclusivos, envejecidos y maltas, es más popular que nunca, lo contrario que la ginebra. Alfredo Franco Jubete   FOTOS: O´Clock (baby gin&tonics). Kube (gin&tonic),

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