Para no equivocarse en Madrid

El vino no puede promocionarse como de fácil digestión.

EDITORIALES -TENDENCIAS-, LA BOCA MAGAZINE, TAPAS DE LETRAS











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EL VINO NO PUEDE PROMOCIONARSE COMO “DE FÁCIL DIGESTIÓN”. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea declara este fallo, en el litigio que mantenían una Cooperativa vinícola de Renania-Palatinado y el Organismo alemán que controla el mercado de las bebidas alcohólicas del referido Lander. El Tribunal da la razón a la Autoridad  competente. Y yo creo que tiene razón el Tribunal. Una cosa es que el vino sea saludable, que el resveratrol sea un antioxidante fuente de salud, que una copa en las comidas incluso ayude a prevenir males mayores... y otra distinta, que el vino sea de fácil digestión.

Yo no me imagino una vida sin vino. ¿Qué sería de una comida sin vino? ¿Qué sería de la vida sin el placer de compartir una copa de vino con familia y amigos? ¿Qué sería de nosotros sin ese rito único que se establece entre hombre  o mujer y un buen vino?: cortar la cápsula con precisión de relojero... sacar el corcho con la más refinada liturgia... mirarlo, olerlo, apretarlo para sacarle todo lo que tiene dentro... acercarlo de nuevo a la nariz, apreciarlo... es una joya, lleva muchos años haciéndose así mismo.

Y mientras se oxigena, preparar las copas: grandes, esbeltas, finas, impolutas. Verter el vino con delicadeza  femenina y prepararse a compartir todos sus valores: su sonido al caer sobre la copa, su color, sus reflejos... los matices de sus aromas, su personalidad y carácter, su procedencia, su terruño… Compartir un buen vino en compañía es un placer así en la tierra como en el cielo, porque divina es la relación de seducción que se establece con un gran vino. Todos los que disfrutamos de sus diferentes tipos y variedades con pasión, los que consideramos que la vida sin vino se vería de otra manera, hemos tenido alguna vez (o a menudo), acidez o una regular digestión provocada por el vino. Y qué más da. Sin duda no todos los vinos son iguales. Los blancos y rosados afrutados tiene seguro mejor digestión que los más ácidos. Y éstos, mejor que los tintos. Y dentro de éstos últimos, los jóvenes y ligeros mejor que los tintos carnosos, con gran cuerpo y mayor acidez. Está muy bien que la industria luche por defender con fuerza los valores del los productos, es esencial, aunque a veces no consiga su objetivo. Tiene que seguir haciéndolo, es su responsabilidad. Recuerdo que como publicitario, luché a mediados los 80´s sin conseguirlo, que TVE / Ministerio Agricultura, en un spot de Carbonell, nos permitiesen decir que el aceite de oliva no producía colesterol y que en determinadas circunstancias lo bajaba. No lo conseguimos a pesar de mostrar los estudios publicados. Y si un día nos da acidez o una digestión lenta o pesada... que cada cual haga lo que considere, incluso dejar de beberlo. Yo, cuando no hay más remedio, tomo las pastillas de rigor.   Alfredo Franco Jubete  

LA BOCA MARKETING & COMUNICACIÓN, S.L. | EDITOR: Alfredo Franco Jubete

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