Para no equivocarse en Madrid

Los últimos bodegones de puntapié.

EDITORIALES -TENDENCIAS-, LA BOCA MAGAZINE, TAPAS DE LETRAS











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EL CARRITO DE LOS HELADOS Y EL BARQUILLERO, LOS ÚLTIMOS  BODEGONES DE PUNTAPIÉ. En España no existen carritos ambulantes con comida sencilla, cocina fácil o comida de calle tan característicos de los americanos y orientales. ¿No nos gusta comer andando, en un banco o un jardín como a los aludidos? Quizás nosotros tenemos bares y tabernas con buena y variada comida, lista para ser consumida. Y entre comer en la calle o en una barra, calentitos o refrigerados, no tenemos dudas, claro. Hace muchos años que dejaron de existir dos especies hoy extinguidas: el carrito de los helados y el barquillero. Hoy solo existe algún kiosco bar y alguna churrería suelta. Pero sin embargo en la España de los Austrias, en Madrid y en otras capitales, había diversos puestos ambulantes en los que la gente más desfavorecida comía a diario cosas sencillas. En las casa de los señores y nobles de la época, solo se cocinaba para ellos, no se daba de comer a los sirvientes. Incluso se les pagaba un dinero para comer fuera. Por cierto, como el hambre y la pobreza eran grandes y cotidianas, en las casas de los nobles tuvieron que inventarse las soperas y fuentes con tapa y candado, porque entre la cocina y el comedor desaparecía la comida. Bien, pues estos puestos callejeros de comida, tenían el nombre de Bodegones de Puntapié, todo un bonito concepto. Supongo que hoy es más bonito el nombre que la comida que tenían. Alfredo Franco Jubete. FOTO: Pan de Madre Hizo Pan.

LA BOCA MARKETING & COMUNICACIÓN, S.L. | EDITOR: Alfredo Franco Jubete

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