Comentario: Comer bien y barato en Madrid. Su nombre me huele a… Perú, me sabe a cocina criolla, auténtica e incluso callejera. Cilindro es el nombre de una barbacoa o parrilla callejera con forma de barril, donde asan a la brasa carnes y pescados. Pero también es “horno” asador- ahumador, aunque aquí utilizan el Hosper. Por tanto, el nombre determina el tipo de cocina que hay detrás de este nuevo restaurante de: Mario Céspedes, buen cocinero peruano y Conchi Álvarez, jefa de sala. Comenzaron con Ronda 14 en Avilés y se trasladaron a Madrid (fin del ´17), quizás porque veían las limitaciones de Asturias para la cocina peruana. Y en Madrid les llegó el éxito con su restaurante de cocina nikkei y fusión asturiana. Hoy crean otro proyecto por otro camino de la plural y rica cocina andina. El Perúperú criollo, profundo de sabores, con productos importados que determinan autenticidad mezclándolos con los de acá. El local, que fue antes un antiguo bar de barrio, tiene una larga barra con mesas altas frente a ella, donde a base de medias raciones, tapear (piqueo en Perú), con gusto y gana con medias raciones. En el sótano, un gran comedor con aspecto informal y neorústico como es norma actual. Quizás por su gran tamaño, da la sensación de “una vacía calidez”.

Especialidades: Céspedes tienen buena mano cocinera e interpreta con acierto composiciones atractivas por: equilibrio, chispa, fragancia y frescura, contraste, sorpresa, autenticidad, que no te dejan indiferente cuando entran en al paladar. Fresco y fragante el ceviche a la crema de rocoto y aguacate. Agradables nachos de atún rojo. Atractiva y equilibrada la causa de langostinos, salmón y chile. Buenas gyozas de anticucho con corazón de res, ají limo y cilantro. Buen pulpo con guiso de olluco y crema de aceituna de botija. Original bocado de callos rachi (parte de los callos en quechua) al cilindro, que si bien no son muy sabrosos, la composición con causa frita y morcilla asturiana está muy bien. Lengua en salsa de mote, hierbabuena y rocoto está muy rica. Otro plato de dos mundos (el asturiano siempre muy presente), es el estupendo rabo de toro con crema de rocoto en torto de maíz asturiano. De postre, bizcocho de leche con helado de lemon Grass; y cilindro de chocolate con helado de mango. Bodega bien seleccionada, aunque corta, con etiquetas internacionales y precios competitivos. Si va, es muy probable que vuelva. Comer bien y barato en Madrid.